La calidad del aire, una cuestión vital

El aire es un bien común cuya
calidad empeora. La degradación
de la calidad del aire conlleva
consecuencias nefastas para la
salud humana y el ambiente.
Para frenar esta tendencia, las
legislaciones imponen normas
cada vez más estrictas a Estados e
industrias.
Published in the dossier of Mayo 2018

La innovación, un acelerador de progreso

Veolia es uno de los miembros fundadores de Airlab, la plataforma de innovación desarrollada por Airparif, red de la región parisina de control de la calidad del aire. Airlab reúne start-ups, PYMES y grandes empresas, institutos de investigación, colectividades locales, organismos gubernamentales y ciudadanos. En esta línea de open innovation, Veolia y el grupo inmobiliario Icade lanzan conjuntamente un proyecto destinado a probar una nueva generación de sensores diseñados por start-ups y encargados de hacer un control permanente de la calidad del aire en edificios de oficinas. Objetivos: controlar la ventilación, reciclar el aire interior, analizar la hidrometría y reducir las emisiones de CO2, de partículas finas y de compuestos orgánicos volátiles. Los primeros tests están previstos para el verano de 2018.

Según Sabine Fauquez-Avon, directora general de Ofis, “esta experiencia común nos permitirá ofrecer a nuestros clientes terciarios e industriales una solución combinada, que integra eficiencia energética y seguridad sanitaria de los edificios”.

Respiramos un aire muy contaminado en muchos puntos del mundo. A pesar de la creciente concienciación de estos últimos años, no hay una mejora real general, y el nivel global de la contaminación atmosférica sigue aumentando. Las consecuencias para la salud son graves: actualmente, es la causa de la muerte prematura de 6.5 millones de personas en el mundo. Si tenemos en cuenta la rápida urbanización e industrialización del planeta, esta cifra podría llegar a los 7.5 millones de personas para el 2040. Del total de muertes, 4.5 millones serían por contaminación del aire ambiente, y 3 millones por contaminación del aire interior.

Más allá del impacto en la salud humana, las consecuencias económicas son colosales. Según la OCDE, la contaminación del aire generaría costes económicos globales equivalentes al 1% del PIB mundial; es decir, 2.6 billones de dólares al año para el 2060. Una estimación que tiene en cuenta las repercusiones en la productividad en el trabajo, los gastos sanitarios y el rendimiento de los cultivos agrícolas.

Panorama general

¿Por qué es tan complicado mejorar la calidad del aire? Primer obstáculo: la insuficiencia de los mecanismos normativos, fiscales y de incitación, que no promueve el desarrollo y la implementación de nuevas tecnologías y no permite financiar este factor externo negativo. Otro obstáculo: la gran cantidad de fuentes de contaminación; la complejidad del ecosistema “aire” no siempre facilita que las partes implicadas entiendan los beneficios de su acción, especialmente financieros. A pesar de los puntos citados, la capacidad del mercado de atraer a inversores y, por tanto, capitales, sería una motivación puntal para que los políticos y líderes se comprometan a cumplir objetivos más ambiciosos en términos de calidad del aire.
Finalmente, el empujón podría venir de la opinión pública, cada vez más preocupada por las consecuencias de la contaminación atmosférica en la salud. Según el estudio Elabe realizado para Veolia a finales del 2017 en 28 países (véase p. 10), la calidad del aire es la segunda preocupación de los habitantes. Manifestaciones ciudadanas multitudinarias en India, China y Europa empujan a los gobiernos a actuar. Cada día nuevas ciudades adoptan diferentes medidas para limitar las emisiones locales de contaminantes atmosféricos.

En respuesta a esta presión social creciente, las legislaciones nacionales comienzan a evolucionar. Se fijan umbrales más estrictos sobre las emisiones de contaminantes atmosféricos, como los óxidos de nitrógeno (NOx) y las partículas finas. Y, desde hace relativamente poco, el sistema reglamentario también se interesa por el aire interior. En Francia es obligatorio realizar un control de la calidad del aire en las escuelas elementales y las guarderías, una exigencia que se ampliará a todos los centros escolares para el 2020 y al conjunto de las estructuras abiertas al público a partir del 2023.

Preparados para actuar

En materia de lucha contra la contaminación atmosférica, Veolia tiene mucho que ofrecer.

“En este ámbito, disponemos de muchas competencias que ya son operativas en las entidades del Grupo. Sencillamente no se han desplegado completamente. Debemos promoverlas para aportar respuestas a las necesidades de nuestros clientes en materia de calidad del aire”, declara Sabine Fauquez-Avon, directora general de Ofis, filial de Veolia.

Con una amplia experiencia en el campo de la gestión y el mantenimiento de edificios, el Grupo propone a sus clientes soluciones especializadas en la calidad del aire interior.

“Se trata de garantizar la salud y el confort de los usuarios de los edificios y a la vez controlar el consumo energético necesario de estas prestaciones”, indica Sabine Fauquez-Avon. “En materia de calidad del aire ambiente, Veolia funciona como un integrador de servicios. Así puede acompañar a los municipios en el desarrollo de una estrategia global de lucha contra la contaminación atmosférica.”

Como experto en agua, residuos y energía, el Grupo posee unas “bases de conocimientos y experiencia sólidas” que puede utilizar para responder al desafío de la calidad del aire. En particular:

  • tecnologías de incineración de residuos peligrosos que incluyen el control de las emisiones de contaminantes, como las provocadas por el mercurio;
  • soluciones para controlar los olores emitidos por las estaciones de tratamiento de aguas residuales;
  • una oferta ampliada de servicios energéticos y de gestión de redes de calefacción, ventilación y climatización que respetan las normas de calidad del aire interior;
  • centros de control a distancia de las redes de agua y energía (Hubgrade) que integran el control de la calidad del aire;
  • conocimientos demostrados en materia de auditoría, diagnóstico y análisis de la calidad sanitaria de los flujos de agua y de aire en los edificios.

Soluciones integrales para la mayoría de los clientes

Una cuestión de voluntad

“Mucha gente en todo el mundo respira aire contaminado y encuentra normal que el cielo esté gris... estoy convencida que podemos imaginar soluciones inteligentes para eliminar totalmente las emisiones de contaminantes y de carbono de nuestras ciudades. Es totalmente realista, siempre que empresas como Veolia continúen apostando por la creatividad y aceleren sus capacidades para desarrollar tecnologías que permitan guiar a los consumidores por el buen camino. Si conseguimos implementar medidas eficaces para controlar la contaminación del aire, salvaremos miles de vidas cada año. No es solo una cuestión de tecnología, también es una cuestión de voluntad, política y ciudadana. La voluntad de ir hacia un mundo sostenible, sin impacto negativo en nuestra salud.”

Maria Neira,
directora del departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS

“Hemos identificado ofertas que permiten responder a las necesidades de nuestros clientes, comenzando por los mercados con mayor potencial de crecimiento a corto y medio plazo”, explica Jean-Christophe Taret, director de Estrategia de Veolia.

Para Veolia, el primer mercado en materia de calidad del aire interior es el sector terciario: oficinas, hospitales y locales comerciales. El Grupo apuesta por una gestión integral de la calidad del aire a partir de la explotación de los datos, su análisis y la respuesta en el terreno.

“Gestor de los recursos energéticos de sus clientes, Veolia posee un conocimiento profundo de las infraestructuras, desde el diseño a la explotación, y que podría ir hasta el análisis en tiempo real de la calidad del aire”, indica Jean-Christophe Taret.

Este control permanente permitiría detectar posibles degradaciones, estipular nuevos esquemas y aportar medidas correctivas.

En cuanto al aire ambiente, Veolia podría proponer, a ciudades medias y a grandes aglomeraciones europeas y norteamericanas, herramientas de ayuda a la decisión (medición, modelización y predicción de la calidad del aire en la ciudad). Estas permitirían formular recomendaciones para actuar en las fuentes de contaminación e implementar acciones de atenuación (por ejemplo, decidir el cierre de una carretera o una autopista para reducir la contaminación en las horas punta). Estas herramientas podrían integrar plataformas digitales de información sobre la calidad del aire vía aplicaciones móviles para los ciudadanos, para que estén informados en todo momento sobre la calidad del aire y las medidas de atenuación implementadas. Esta oferta también se basadaría en datos recopilados por otros actores de la ciudad en el marco de colaboraciones.

Superar los obstáculos

Veolia desarrolla proyectos piloto in situ con varios de sus clientes en el mundo”, comenta Sabine Fauquez- Avon. “En los proyectos de calidad del aire interior, trabajamos estrechamente con el Laboratorio Baxter en Bélgica, el hotel Sheraton en Dubái y también dirigimos una experimentación en el V, el edificio que acoge nuestra sede social en Francia. Controlamos la ventilación de las oficinas para optimizar el confort de los ocupantes. “

Otros proyectos piloto se interesan por la calidad del aire ambiente de las ciudades y colectividades locales: uno es sobre el seguimiento del polen en Niza (Francia), otro sobre la recuperación de mercurio en el humo de las incineradoras, la detección de fuentes de contaminación atmosférica y la elaboración de estrategias de respuesta en Manilla (Filipinas).

“Las respuestas políticas, normativas, tecnológicas, sociales y financieras en la lucha contra la contaminación atmosférica y los riesgos sanitarios y económicos que engendra necesitarán tiempo para implementarse”, destaca Jean-Christophe Taret. Un tiempo que Veolia quiere aprovechar para inventar soluciones capaces de afrontar el desafío.

Las cifras clave de la contaminación del aire

  • 4° causa de mortalidad en el mundo
  • 7.5 millones de muertes prematuras para el 2040 de las cuales, 4.5 millones consecuencia de la contaminación del aire ambiente y 3 millones consecuencia de la contaminación del aire interior