Para Veolia la prioridad es acabar con el origen de la contaminación terrestre para transformarla en recursos. El océano aporta el 50 % de nuestro oxígeno, absorbe el 30 % del CO2 producido por las actividades humanas y contiene la mayor biodiversidad del planeta, el océano desempeña una función muy importante para la vida en tierra. Su contaminación es una emergencia mundial y le incumbe a todos los actores: Estados, fabricantes, colectividades, ciudadanos,... Si no hacemos nada, el 2050 en el océano habrá más plástico que peces.
Es hora de actuar...
La ONU estima que el 40 % de los océanos se ve seriamente afectado por las actividades humanas, por contaminación, sobrepesca o pérdida de hábitats costeros. El 80 % de la contaminación marina procede de la tierra y es arrastrada por ríos o el agua pluvial. Tampoco debemos olvidar la urbanización del mundo (más de la mitad de la población del planeta vive en ciudades) y su litoralización (el 40 % de la población vive a menos de 60 km de la costa). Los datos no mienten, la realidad es que más del 50 % del agua residual se vierte directamente en el mar sin tratamiento y el 80 % de los residuos son de plásticos. De aquí la importancia de la prevención aguas arriba, especialmente en tierra mediante la recogida y el reciclaje, y la necesidad de cambiar nuestros sistemas de producción y hábitos de consumo.
Movilización mundial en torno al séptimo continente de plásticos
En el ámbito internacional, la reunión del G7 que tuvo lugar en junio de 2018 en Canadá concluyó con la firma de una carta por cinco de los siete países presentes. Su propósito: reciclar el 100 % de los plásticos el 2030 y desarrollar alternativas a los envases de plástico para limitar los residuos que se vierten en ríos y afluentes y que desembocan en los océanos y mares. En Europa la Comisión presentó en enero de 2018 en Bruselas su estrategia sobre residuos plásticos (Una nave dedicada a la investigación sobre clasificación y reciclaje del plástico), y en mayo propuso una serie de medidas concretas que van desde la prohibición de algunos productos de un solo uso a la obligación de reciclar, con el objetivo de limitar la contaminación marina en particular.
“Europa fija objetivos y nosotros debemos implementar soluciones concretas. La principal problemática reside en la recogida de los residuos plásticos”, afirma Laurent Auguste, director de Desarrollo, Innovación y Mercados de Veolia. “Es cierto que la responsabilidad ampliada del productor (RAP)* es una medida esencial, pero a los fabricantes les sigue costando entrar en esta esfera. Hoy el recojo representa a la vez un elemento clave y el punto débil de la cadena de responsabilidad.”
Estrategia para la “protección de mares y océanos”
océanos” En Veolia la contaminación de los océanos es una preocupación que viene de lejos, está directamente relacionada con sus actividades de gestión de residuos y de saneamiento de las aguas residuales. Para avanzar en el tema, el Grupo cuenta con una estrategia “Protección de mares y océanos: luchar contra la contaminación terrestre y transformarla en recursos”, que se presentó el 8 de junio de 2018, Día Mundial de los Océanos. Principal objetivo: detener la contaminación (aguas residuales y residuos) que llega de la tierra a mares y océanos. Veolia propone pasar de una lógica de economía lineal a una lógica circular, actuando en la interfaz tierra-mar y remontando a la fuente de la contaminación. Su enfoque se estructura en tres niveles complementarios:
- tratar los flujos de contaminación terrestre en el litoral y aguas arriba (limpiar la zona de costa, tratar las aguas residuales para limitar los residuos en el mar,...);
- prevenir la contaminación marina, diseñando sistemas de prevención y gestión dinámica de los flujos que permitan aumentar la resiliencia de las ciudades y de los territorios;
- transformar los sistemas de producción y hábitos de consumo para dirigirse hacia una economía circular.
El recojo, punto débil por solucionar
Los proyectos para recoger los residuos plásticos en el mar se multiplican, el navegante Yvan Bourgnon a bordo de La Manta, el programa Ocean Cleanup de Boyan Slat, el buque que se alimenta de plástico Plastic Odyssey que cuenta con el apoyo de la Fundación Veolia,… Hay grandes ideas en curso, pero no permiten llegar a la fuente de la contaminación. Tal y como explica Rob Opsomer, responsable de las iniciativas sistémicas en la Fundación Ellen MacArthur (, “para liberar nuestro entorno de plásticos, no nos podemos contentar con limpiar las playas o quitar el plástico del océano. Debemos replantear cómo fabricamos, utilizamos y reutilizamos los plásticos para que no se conviertan en residuos.” Es urgente actuar en tierra… especialmente en las numerosas regiones del mundo que aún no cuentan con infraestructuras para recoger y tratar los residuos.
“En los países en desarrollo existe una cantidad ingente de plásticos en los océanos, de hecho, prácticamente no existe una recogida simple de los residuos”, indica Laurent Auguste.
Por no hablar del recojo selectivo... En este contexto es difícil fijar objetivos ambiciosos. Es necesario un trabajo de fondo para estructurar sectores, con modelos diferentes a los de los países occidentales. La economía informal, una realidad en algunos países como India, permite recuperar papel, cartón, metales y plásticos de gran valor añadido como el PET. Ahora bien, tampoco debemos olvidar los países desarrollados, porque a pesar de los sistemas implementados, el nivel de recojo de plástico es bajo. De aquí la focalización del Grupo en la sensibilización de los consumidores, actores clave de la economía circular.”
Hacia un sector mundial de tratamiento de plásticos
Veolia cuenta con dos bazas muy útiles para la construcción de un sector mundial de reciclaje y de valorización de los plásticos: su presencia muy local, que le permite situarse cerca de las fuentes de residuos plásticos, y su implantación internacional, que le permite constituir una plataforma mundial de reciclaje. Estas dos dimensiones son una ventaja para las grandes marcas y los plasturgistas, preocupados por su huella ambiental y en búsqueda de soluciones viables para desarrollarlas localmente antes de extenderlas a otros lugares. Según Laurent Auguste, “A los fabricantes les cuesta más proyectarse en un territorio y conectarse con todos los actores públicos y privados de la zona. Desempeñamos un papel de coordinador y “estructurador” del sector permitiendo a los principales actores privados de la cadena de valor colaborar para elaborar y seguidamente implementar los sistemas y soluciones de mañana.” Una buena manera de nutrir la reflexión sobre temas actuales (gestión de flujos de materia, desarrollo del modelo de REP en otras zonas del mundo, etc.) o futuros, como el sistema de compensación financiera, similar a las cuotas carbono.
Colaboradores cada vez más responsables
“Gestionar de forma sostenible los recursos naturales favoreciendo la economía circular” es uno de los nueve compromisos de Veolia para el desarrollo sostenible.
“Este compromiso es una oportunidad de creación de valor para nuestros clientes y de gestión del riesgo ambiental”, destaca Pierre Victoria, director de Desarrollo Sostenible de Veolia. “Incluye tres ejes: la prevención de la contaminación, la preservación de los recursos naturales y el desarrollo de la economía circular, y una gran implicación del Grupo en la biodiversidad, a través de varias colaboraciones con la UICN, BiodiversiTerre o, recientemente, Act4Nature.”
Por este motivo el Grupo invierte en varios programas internos de Investigación e Innovación en materia de sistemas de reciclaje (véase Futurista p. 50) o de caracterización de los microplásticos (véase entrevista p. 44), en colaboración con laboratorios externos y colectividades locales. Vía su Fundación, Veolia participa desde hace varios años en programas científicos apoyando a Tara Expéditions o a través de la iniciativa Remora de restauración de los entornos acuáticos en el Cabo Sicié (sur de Francia). Veolia también es socio principal de la iniciativa The New Plastics Economy, dirigida por la Fundación Ellen MacArthur para hacer evolucionar los sistemas de producción (véase entrevista). Finalmente, el Grupo participa en los trabajos del World Economic Forum y del WBCSD o, en Francia, en los think tanks EPE (empresas a favor del medio ambiente) y Comité 21, que trabajan, entre otros, para la transformación de los sistemas de producción y de consumo.
Para Veolia la solución que permitirá erradicar la plaga del plástico en los océanos es la movilización mundial de todos los actores de la cadena de valor, incluidos los ciudadanos.
Más información
> Our Ocean Conference in Bali: Veolia signs the Global Commitment to eliminate plastic pollution at the source [EN]
> Haute mer, vers une conférence intergouvernementale
> Boyan Slat : à 20 ans, il compte sauver les océans [FR]
> A great bubble barrier to stop marine pollution in its tracks [EN]
> Yvan Bourgnon, capitaine du premier bateau-poubelle de l’océan [FR]
principio de responsabilidad ampliada del productor (RAP) impone a los fabricantes, distribuidores (para los productos de sus propias marcas) e importadores (que introducen en el mercado productos que generan residuos) que asuman, especialmente desde el punto de vista económico, la gestión de estos residuos. (Fuente: ADEME )