¿Qué trabajo ha realizado desde el año 2015?
Nuestro plan de acciones Resilient New Orleans, publicado el año pasado con motivo del décimo aniversario del paso del Katrina, marca un antes y un después entre la fase de reconstrucción y la resiliencia. Poco antes del 300 aniversario de Nueva Orleans, que se cumplirá en 2018, queremos preparar a la ciudad ante los retos a los que se enfrentará en los próximos tres siglos. El proyecto de transferencia de riesgos, lanzado en colaboración con Veolia y Swiss Re, es uno de los 41 planes de acción, de las cuales el 75 % ya está en fase de ejecución.
¿Qué espera de este proyecto?
Por experiencia, puedo decir que, después de una catástrofe, cuanto más tardemos en actuar, mayor será el impacto en la ciudad y más costará a la población volver a la normalidad. Al analizar los riesgos relativos a las infraestructuras básicas, como el agua, identificamos los recursos disponibles y enriquecemos la reflexión necesaria para anticipar los impactos socioeconómicos, e incluso ganamos tiempo respecto a dichos sucesos. El análisis del proyecto nos permitirá mejorar nuestro día a día y también ayuda a prepararnos, al igual que otras ciudades, contra desastres naturales.

¿Qué papel desempeña el sector privado en este proceso?
Su papel clave en la gestión de los servicios y las infraestructuras de numerosas ciudades nos ayuda a diseñar servicios de mayor calidad. Es un trabajo de equipo, una ciudad es un conjunto complejo en el que cada parte tiene su papel: la población, las empresas, las instituciones y los poderes públicos. Retomando el discurso de nuestro alcalde, las soluciones más eficaces implementadas desde el Katrina proceden de una colaboración a diferentes niveles administrativos, en colaboración con las ONG y el sector privado. Este proyecto es un buen ejemplo del trabajo que realizamos para anticipar los problemas, o resolverlos, y dibujar un futuro mejor y más resiliente para la ciudad.