Los estragos provocados por el huracán Katrina, el 29 de agosto de 2005, marcarán para siempre Nueva Orleans.
A pesar del calibre de la tragedia, Nueva Orleans ha ido recuperando su identidad de metrópolis rebosante de historia y de energía, fruto de una mezcla cultural sin igual.
Un artista enamorado de Nueva Orleans ha querido compartir su visión de la vida local para entender esta reconstrucción, tanto humana como urbana.
Mario Tama, que también cubrió la catástrofe, decidió hacer el seguimiento del proceso de reconstrucción de Nueva Orleans. El fotoperiodista neoyorquino ha recorrido sus barrios y ha visitado sus comunidades para ilustrar los esfuerzos individuales y colectivos hacia la resiliencia. Su testimonio, más allá de su valor artístico y documental, es un homenaje al vínculo profundo – y salvador – de los habitantes de Nueva Orleans hacia su marco de vida.
Mario Tama, narrador de esperanza
Mario Tama tiene 20 años cuando cae bajo el embrujo de Nueva Orleans. Desde entonces no ha dejado de visitarla y explorarla, y defiende con orgullo que, aunque no es su tierra natal, la conoce como la palma de su mano. Este testimonio ejemplifica la singularidad y la complejidad de la ciudad: Nueva Orleans sabe acoger como ningún otro sitio a sus habitantes, ofreciéndoles un estilo de vida que mezcla la convivencia y el orgullo de pertenecer a una comunidad, mestizaje permanente y celebración del pasado.
Bio
Antes de incorporarse a la agencia Getty Images de Nueva York, en 2001, Mario Tama inició su carrera en la prensa local de Maryland, y luego trabajó como autónomo para el Washington Post y AFP.
Desde entonces, sus imágenes del 11 de setiembre, de los conflictos en Irak y Afganistán, o del terremoto de Haití, han dado la vuelta al mundo. Su trabajo sobre Nueva Orleans después del paso del Katrina se publicó en una obra, Coming Back: New Orleans Resurgent, en 2010.
“Sus habitantes mantienen viva la historia familiar y cultural, afectada anteriormente por otras tormentas.” Estas raíces profundas son, según él, la clave de su resiliencia. Y motivo suficiente para luchar durante cinco años para rehabilitar su marco de vida y su herencia cultural.
“Sus habitantes mantienen viva la historia familiar y cultural, afectada anteriormente por otras tormentas.” Estas raíces profundas son, según él, la clave de su resiliencia. Y motivo suficiente para luchar durante cinco años para rehabilitar su marco de vida y su herencia cultural. “Tenía que mostrar la dignidad y la resistencia de esta gente entregada, muchos no pudieron escapar del Katrina.” Hoy una parte de Nueva Orleans ya se ha recuperado del paso del huracán. Evidentemente aún queda mucho por hacer para apoyar a los más desfavorecidos, resolver la complicada cuestión de la vivienda y afrontar posibles futuros desastres. “Se ha reforzado considerablemente el sistema de diques pero debemos trabajar en la preservación de las zonas húmedas, presas naturales contra las inundaciones”, destaca Mario Tama.
Sus imágenes nos recuerdan que Nueva Orleans resiste, al igual que la pasión de los residentes por su ciudad.
Nouvelle Orléans, une ville résiliente pour affronter les défis de demain