Biopedagogía
comportamiento de consumidores de masa: en lugar de empobrecer los recursos naturales en beneficio de nuestro confort, sería mucho más sostenible cultivar los muebles que necesitamos.
Biopedagogía No es la primera vez que Terreform One, en una búsqueda constante de aplicaciones alternativas de los biomateriales, nos sorprende. De hecho, sus investigadores y diseñadores llegaron a imaginar un asiento literalmente comestible para llamar la atención de los niños sobre las cuestiones medioambientales.
“Queríamos mostrar que si algo es bueno para ellos, también lo es para el planeta”, comenta Mitchell Joachim.
Algunas aplicaciones van mucho más allá, como la silla “Mushroom”. El colectivo neoyorquino sin ánimo de lucro Terreform One ha diseñado un asiento capaz de “crecer” en tan solo siete días. Este sorprendente mueble de autoconstrucción se elabora a partir del proceso Mycoform© de la empresa Ecovative. Su producción requiere pocos recursos y poca energía.
De hecho, el material que se utiliza es la parte blanca del hongo, el micelio. Para construir la silla “Mushroom” basta con cultivar el micelio en un sustrato compuesto por residuos biológicos y nutrientes, que se “fusionará” con una estructura de soporte de bambú. Poco después tendremos un asiento con un look absolutamente orgánico. La silla “Mushroom”, resistente y funcional, es totalmente biodegradable. Al final de su vida útil se puede compostar y reintroducir sin riesgos en el medio ambiente.
“Nuestro concepto ha despertado el interés de algunos editores de muebles”, afirma Mitchell Joachim, arquitecto y cofundador de Terreform One. “Actualmente se está estudiando una distribución siguiendo un modelo open source, en versión do it yourself.”
Esta visión radicalmente innovadora del mobiliario muestra la influencia del biodiseño en nuestro comportamiento de consumidores de masa: en lugar de empobrecer los recursos naturales en beneficio de nuestro confort, sería mucho más sostenible cultivar los muebles que necesitamos.


